En carne propia

¿Alguna vez te estimulaste al leer o escribir en tu celular? ¿Podrías recordar cómo te sentiste al escuchar las notificaciones cuando recibís o envías un mensaje? Es interesante como la lectura y la escritura en una comunicación virtual puede provocarnos sensaciones, reacciones y sentimientos tan intensos, que a menudo olvidamos la distancia con quien hablamos.

La lectura es una herramienta fundamental para conocer el mundo y a las personas. Vivir nuevas experiencias y dejarnos llevar por ellas. Podemos conocer nuevos lugares, apreciar lo que otros observan, escuchan, viven. Leemos cuando vemos un cartel publicitario, con películas subtituladas, cuando creamos un post o comentario, al tomar una foto y decidir su enfoque, los elementos y cuando la compartimos, leemos en los chats, foros y en los juegos. Vivimos todos los días leyendo, no sólo en nuestra mente, sino con nuestros cuerpos: sintiendo en la piel como las palabras nos envuelven y nos cambian de manera real.

“Leyendo a Proust comprendí que somos dioses”, dijo una profesora en una reunión. Al interpretar actúa la rescritura interna de cada individuo, su contexto, sus vivencias, su creatividad, su cotidianidad. Si les pido que imaginen una manzana, como lo hizo John Locke, no espero que todos se imaginen la misma manzana. Más bien espero que cada quien tenga una visualización propia de lo que para sí significa la palabra, un ícono que sea referente de las experiencias de cada uno. Entonces, si tenemos la posibilidad de escribir y de leer, poseemos una  fuente de creación infinita capaz de explicar nuestra vida.De esta manera  podremos crear nuevos mundos, -o argumentos-, a través de las descripciones que hagamos en él, la caracterización de los personajes, su ambientación y el entramado de  relaciones y situaciones que surjan de ellos. Esas situaciones se volverán real a partir de lo que narramos influidos por lo que leemos. Somos tan poderosos, que cada lectura nos abre la puerta a constantes y múltiples posibilidades de volver tangible lo que creamos.

Sir Arthur Conan Doyle mató a Sherlock Holmes aprovechando que tenía el poder legítimo de matar a su propio personaje. J.K Rowling hace poco tiempo confesó que en realidad Harry Potter y Hermione debán terminar juntos, pero ella uso a los personajes como catarsis de la crisis amorosa que estaba sufriendo y así Hermione se convierte en la pareja de Ron.

La lectura y la escritura no son actividades pasivas e impersonales. Son actos que respiran y palpitan al ritmo de quien lo vive, de quien interpreta. Capaz de hacernos viajar a ese lugar al que llamamos ficción; si los mundos están desarrollados se destaca la capacidad creadora del escritor.